(0) orden (2010), el segundo libro de Rodolfo Hlousek Astudillo (1977), me atrevería a decir, es uno de los libros publicados, más abiertamente, comprometidos política y socialmente que se ha generado en la última década en el sur de este país, por poetas pertenecientes a mi misma generación.
La voz poética de (0) orden nos incita al incendio, a ser partícipes del gobierno, de la catástrofe que nos ha sido dada. Y dada, para poetizarla, como diría, el poeta peruano, Jorge Pimentel, quién, no casualmente, nos regala un Zero para comenzar a hacer, a crear y destruir, a destruir y crear el nuevo orden.
Oscar Saavedra, señala en el prólogo del mismo libro “0 (orden): el país nonato con cuerdas geográficas”, que la poesía de Hlousek, encuentra sus complicidades en la poesía política y social. Saavedra, menciona la poesía española con grandes representantes, en este ámbito, como Gabriel Celaya y Blas de Otero. Habría que agregar desde este lado del océano, la poesía de José Martí, y sobre todo, Ernesto Cardenal, quién, también nos antecede con su poema Hora Cero; y que, a su vez, habría influido en el movimiento neovanguardista del mismo nombre, originado en Perú. Muchos ceros anteceden el orden y predicen desorden.
Complicidades, pueden buscarse infinitamente. A nivel nacional, más cercanos de la estética poética de este libro están los poetas José Ángel Cuevas y Yanko González; pero, sin lugar a dudas, Hlousek, el poeta, crea un orden para su propia génesis. En otras palabras, cuando todo era oscuridad y caos, Rodolfo Hlousek creó al hombre: “Yo no pensé en el error y nací yo no pensé en el mal y lo hice” (18), esa es la génesis de la voz poética en este libro, al cual viene, en sus palabras, a ofrecer su cuerpo como ofrenda para el delito (14) porque todo poema es también una performance. La estética del instante, del fragmento, de la repetición, nos ha invadido, nada pertenece y nada permanece, porque ya “No delinquen a sus muertos/ No creen en sus muertos/ No sueñan con sus muertos/ No caminan a sus muertos/ No iluminan a sus muertos (…) El gesto debe ser subversivo” (15,16)
La voz poética de Rodolfo Hlousek, es desenfadada y desenfrenada, nos va mostrando un país y un sujeto, en el cual reconocernos. Poemas como “Film de Allanamiento”, nos evidencian el control, el sistema, la vigilancia, la ilusión de creer que todo es una película. Las imágenes en el poemario se suceden, las intuimos verdaderas, pero la palabra juega y se retuerce, se tacha a sí misma, a veces, se agranda, ironiza. Todo lo íntimo en el libro tiende a transformarse en un país, pero el país nunca es uno mismo, pero el país siempre le abandona, el país nos abandona. Amenaza de familia, presagio de las olas (Ref. Poema “Pan Duro” pág. 33)
Vivo en una casa donde nada me pertenece, nos señala el sujeto lírico, en un poema que parece tragicómico, pero que, finalmente, se transforma, en nuestra “Casa Nacional”, y es que el poeta, tiene modos de decir, que causan una rara sensación de risa y llanto : Tampoco hay azúcar nacional y el pan se quemó al horno/ y el arroz?/ también/ya dije, doy vueltas desesperado/(...) las sábanas se quemaron/ las sillas se las llevaron/ Y cortaron el agua y la luz/ las copas se quebraron/ la puerta se la llevaron!!!/ las mascotas se marcharon sin decir dónde iban (…23) En el libro todo desaparece, y lo que existe, no nos pertenece, las acciones siempre están vigiladas, el lector puede ser un cómplice o vigilante, y a veces el poeta, sencillamente, se olvida del poema que estaba escribiendo, lo abandona. Total esto, es (0) orden, y estos poemas pueden ser copiados y plagiados, reproducidos en cualquier formato, el autor algún día se dará por enterado. Al sujeto poético lo que le interesa es estar en medio de la poesía con sus amigos y gobernar el desorden. La Península Barataria y sus puestos están designados a poetas, y amigos reales y ficticios del autor que deambulan por el texto junto a personajes de Farándula como Miriam Hernández y la Tonta Atómica, por ejemplificar.
En (0) orden todo cabe y todo sobra, incesantemente, el sujeto poético nos enumera hechos de los que no somos ajenos, y nos dice: Y el terremoto es mercancía / Y la reconstrucción es la destrucción de la libre conciencia/ Y la solidaridad es un deber/ y la televisión donde se exhibe Pelotón es la moral militar (…) Así hasta cansarse de echar abajo (52).
Eso es, (0) orden: las agujas ya están todas puestas en el pajar.
Roxana Miranda Rupailaf
Ministra de Sanidad Poética
Primer Bando
1 comentario:
Cuánto oxígeno se destila en ese título. Los escritores como Rodolfo, comprometidos socialmente, que han logrado ahuyentar el miedo al garrote reprensor, que han asumido su propia y potente voz con altanería y aliento de rebelión, son muy necesarios y dignos de nuestro más profundo respeto. Los cojones literarios son cada día más escasos.
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