NOTAS SOBRE ABISAL DE JAVIER DEL CERRO
Abisal de Javier del Cerro es un libro arriesgado, que se expone y que logra salir con bien de la verdadera aventura que significa escribirlo y proponerlo al lector. Como un nuevo "Altazor" (personaje), este "Abisal" (personaje), manchado por la sociedad contemporánea, impuro, no mesiánico, explora, en un viaje por los infiernos, el mundo que lo abisma y lo acongoja “preparándose para morir”… Pareciera que todo nos habla de muerte, que las señales de finitud, de cercanía a un “frío país” se tiñe del negro de los desaparecidos y de los marginados donde Dios no existe y la esperanza, desde el fondo del mar, parece imposible.
El mar entonces, aparece como un infierno, como el Hades, donde este pez navega herido por la oscuridad del océano Pacífico. Aún así, él “ama la vida/la noche”, pero siempre los sinsabores de la realidad se imponen en el discurso del hablante. Por momentos hay ventanas de esperanza, pero continuamente se cierran mientras este pez se sumerge aún más en el abismo.
Es interesante constatar que el canto (la poesía) es “para embriagarse”, para huir del horror, “para encender la cabeza” donde esa supuesta borrachera le permite ser lúcido y distinguir que “no es la muerte lo siniestro es la usura” en una abierta crítica al mundo que le rodea y que explica su circunstancia y su vida en las profundidades donde habita “con [su] cuerpo calcinado”.
El sujeto del texto es doliente, no quejoso. Se enfrenta a la realidad y adopta la postura del crítico. Aquí no vale la poesía “adánica”, ni la del “poeta profeta”. No se trata de cambiar el mundo desde una perspectiva subjetiva y particular, se trata de enrostrar al lector, de conmoverlo intensamente para que salga, como el pez, de esas profundidades, donde, a diferencia del personaje Abisal, el hombre está dormido en un peligroso letargo que puede ocasionarle la inconsciencia, la locura o la indiferencia.
Abisal, del poeta del Cerro es un proyecto de libro que no puede pasar indiferente a ningún lector avezado y a ningún crítico que constate la evolución de la poesía chilena actual. Ha de mensurarse en su delicadeza del decir y en la gran potencia de unos versos que gritan al mundo por la injusticia, el abandono, la tristeza y la insensibilidad.
Javier del Cerro ha escrito una obra que merece ser aplaudida, pero más que eso, debe ser entendida como una amplia y honda reflexión que se impone como una urgencia en la voz de la poesía escrita en lengua castellana.
ANDRÉS MORALES
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