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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

sábado, 2 de octubre de 2010

MIGUEL HERNÁNDEZ: CIEN AÑOS Y UN RAYO QUE NO CESA



EN ESPAÑA

El día 30 de octubre de 2010 se cumple el primer centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández. Con tal motivo, la Junta Rectora del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert ha decidido organizar el III Congreso Internacional Miguel Hernández, previsto para los días del 26 al 30 de octubre de 2010, en las ciudades de Orihuela, Elche y Alicante. La Presidencia de Honor de este Congreso ha sido aceptada por el poeta y premio Miguel de Cervantes D. Antonio Gamoneda
En este nuevo encuentro internacional se pretende avanzar en el estudio sobre la actualización y vigencia de la obra hernandiana así como en su proyección internacional. Del mismo modo, se desea analizar la evolución de la crítica y la huella que ha dejado la producción de Miguel Hernández en la poesía española.
Para la preparación de este Congreso se ha constituido un Comité Ejecutivo presidido por el Director del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, D. Francisco Sánchez, del que forman parte representantes de los Ayuntamientos de Orihuela, Elche y Alicante, de las Universidades de Alicante y Miguel Hernández, así como representantes de la Fundación Cultural Miguel Hernández, la Asociación de Amigos del poeta y el Centro Hernandiano de Estudios e Investigación del Ayuntamiento de Elche.
Asimismo, se ha creado una Comisión Organizadora presidida por la profesora de la Universidad de Alicante y experta hernandiana Carmen Alemany, con la colaboración de varios miembros del Comité Ejecutivo.
Igualmente, se ha nombrado un Comité Científico integrado por diversos expertos hernandianos, tanto españoles como extranjeros, que tendrá como cometido garantizar la calidad académica y científica de las ponencias y comunicaciones presentadas.
El presente Congreso hernandiano va dirigido, especialmente, a todos los estudiosos de la vida y obra del poeta oriolano, así como a los interesados en profundizar en la vida y obra del autor de El rayo que no cesa, cuya vigencia sigue permanente a través del tiempo ya que, como el propio Miguel Hernández manifestó a Vicente Aleixandre, “El pueblo espera a los poetas con la oreja y el alma tendidas al pie de cada siglo”.
Este nuevo Congreso hernandiano cuenta con el precedente del I Congreso Internacional sobre Miguel Hernández que tuvo lugar en las ciudades de Alicante, Elche y Orihuela, bajo la Presidencia de Honor de D. Rafael Alberti, del 25 al 28 de marzo de 1992. Este I Congreso se celebró con motivo del L aniversario de la muerte de Miguel Hernández y las Actas fueron publicadas con el título Miguel Hernández, cincuenta años después por el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, organizador de dicho Congreso. En el año 2003 se celebró, del 26 al 30 de octubre, organizado por la Fundación Cultural Miguel Hernández y la Asociación de Amigos del poeta, el II Congreso Internacional sobre Miguel Hernández en la Universidad Complutense de Madrid bajo la Presidencia del premio Nobel de Literatura D. José Saramago, publicándose, posteriormente, las Actas del mismo en el tomo Presente y futuro de Miguel Hernández, editado por la Fundación Cultural Miguel Hernández.



EN CHILE

En la Feria Internacional del Libro de Santiago de Chile, el sábado 13 de noviembre a las 12:30 horas, organizada por la Fundación Pablo Neruda, se realizará una Mesa Redonda sobre el poeta alicantino con la presencia de connotados especialistas y escritores españoles y chilenos entre los que destacan el profesor Jesucristo Riquelme y el poeta y académico Andrés Morales.



A Miguel Hernández, asesinado en los presidios franquistas

Pablo Neruda



Llegaste a mí directamente del Levante. Me traías,
pastor de cabras, tu inocencia arrugada,
la escolástica de viejas páginas, un olor
a Fray Luis, a azahares, al estiércol quemado,
sobre los montes, y en tu máscara
la aspereza cereal de la avena segada
y una miel que medía la tierra con tus ojos.
También el ruiseñor en tu boca traías.
Un ruiseñor manchado de naranjas, un hilo
de incorruptible canto, de fuerza deshojada.
Ay, muchacho, en la luz sobrevino la pólvora
y tú, con ruiseñor y con fusil, andando
bajo la luna y bajo el sol de la batalla.
Ya sabes, hijo mío, cuánto no pude hacer, ya sabes
que para mí, de toda la poesía, tú eras el fuego azul.
Hoy sobre la tierra pongo mi rostro y te escucho,
te escucho, sangre, música, panal agonizante.
No he visto deslumbradora raza como la tuya,
ni raíces tan duras, ni manos de soldado,
ni he visto nada vivo como tu corazón
quemándose en la púrpura de mi propia bandera.
Joven eterno, vives, comunero de antaño,
inundado por gérmenes de trigo y primavera,
arrugado y obscuro como el metal innato,
esperando el minuto que eleve tu armadura.
No estoy solo desde que has muerto. Estoy con los que te buscan.
Estoy con los que un día llegarán a vengarte.
Tú reconocerás mis pasos entre aquellos
que se despeñarán sobre el pecho de España
aplastando a Caín para que nos devuelva
los rostros enterrados.
Que sepan los que te mataron que pagarán con sangre.
Que sepan los que te dieron tormento que me verán.
Que sepan los malditos que hoy incluyen tu nombre
en sus libros, los Dámasos, los Gerardos, los hijos
de perra, silenciosos cómplices del verdugo,
que no será borrado tu martirio, y tu muerte
caerá sobre toda su luna de cobardes.
Y a los que te negaron en su laurel podrido,
en tierra americana el espacio que cubres
con tu fluvial corona de rayo desagrado,
déjame darles yo el desdeñoso olvido
porque a mí me quisieron mutilar con tu ausencia.
Miguel, lejos de la prisión de Osuna, lejos
de la crueldad, Mao Tse Tung dirige
tu poesía despedazada en el combate
hacia nuestra victoria.
Y Praga rumorosa
construyendo la dulce colmena que cantaste.
Hungría verde, limpia sus graneros
y baila junto al río que despertó del sueño.
Y de Varsovia sube la sirena desnuda
que edifica mostrando su cristalina espada.
Y más allá la tierra se agiganta,
la tierra
que visitó tu canto, y el acero
que defendió tu patria está seguro,
acrecentado sobre la firmeza
de Stalin y sus hijos.
Ya se acerca
la luz a tu morada.
Miguel de España, estrella
de tierras arrasadas, ¡no te olvido, hijo mío,
no te olvido, hijo mío!
Pero aprendí la vida
con tu muerte: mis ojos se velaron apenas,
y encontré en mí no el llanto
sino las armas
inexorables!
¡Espéralas! ¡Espérame!


México, diciembre 1949



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